sábado, 9 de octubre de 2010

Supresión del derecho a la huelga

Se debe suprimir. Supuestamente un derecho laboral, se usa para reclamaciones políticas. Y para la política, para la legislación, está el legislativo, las Cortes (el Congreso, básicamente, ya que el Senado es otro engendro/apaño/azar en la historia española/anacronismo a eliminar).

Es un derecho fundamental, nada menos, en la Constitución española (CE) – esto es, goza de la máxima protección, al figurar en la sección I del capítulo II del título I (artículos 15 a 29). El derecho al trabajo es de menor rango, por ejemplo (art. 35.1 CE); no es fundamental – como el derecho a la propiedad privada, por cierto. Esto da una idea del engendro cocinado en esta materia en la CE 1978.

Teóricamente se debería haber realizado un desarrollo legislativo por ley orgánica (rango legal necesario para un derecho fundamental). La propia CE hace referencia a la futura ley sobre la materia:

Art. 28.2 CE
Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.

Pues bien, ni se ha llegado a plantear. Tal es el miedo que se le tiene a estas mafias, perdón, a estos sindicatos. El PSOE, porque ni sus planteamientos ni sus ganas le hacen ser lejano al movimiento sindicalista – más bien al contrario, y el PP, por puro temor – a la derecha se le puede montar una huelga por la razón más nimia; imagínense por gobernar con responsabilidad y de acuerdo al Estado de Derecho… Eso sería imperdonable. Fachas.

Esto, en cuanto al statu quo legislativo. Pero, acudiendo al origen histórico de la huelga general, se ve que el fin nunca fue estrictamente laboral – el objetivo era politico, y no pequeño precisamente: la huelga general revolucionaria, esto es, la eliminación del orden existente ya sea dictatorial o democrático por la dictadura socialista. Esto evidentemente casa mal con el mundo "moderno", por decir algo – lo que no casa es con la democracia y con el Estado de Derecho, ya no tan modernos. Además, los sindicatos españoles han demostrado irresponsabilidad manifiesta. Sería largo hablar de todas sus faltas: violencia, coacción, destrucción, defensa de intereses privilegiados de ellos mismos y de sus afiliados sobre los de parados y contribuyentes, pérdidas económicas inmensas debido a su actuación... Escribo esto con los efectos ya asimilados de la violencia mafio-sindical, afortundamente, porque la idea del artículo fue del mismo día 29-S y no era tan templada en sus formas, aunque idéntica en el fondo.

Que los sindicatos luchen por sus fines (si estos son lícitos, que es mucho decir) por otras vías. Por cierto, unos sindicatos despojados de sus privilegios – no ya sólo la financiación pública directa e indirecta, que también, sino aspectos como la negociación colectiva obligatoria. Por todo ello, reclamo la reforma constitucional tan reclamada en ambientes liberales que incluya, entre otras muchas cosas, la supresión del derecho a la huelga.