Es de una tal desvergüenza hablar del españolismo del Manifiesto por la lengua común. Aparte de que leyéndolo sólo encontrarás cosas evidentes (pero que no se cumplen, señora catedrática...), es que viendo quién lo suscribe, ves a gente que se jugó mucho por las lenguas regionales de España y por la democracia. Ves a Albert Boadella, al que creo que nadie en su sano juicio se le ocurrirá llamar nacionalista español o, mejor aún, facha. Ves a Carlos Castilla del Pino, prestigioso psiquiatra, firmante de manifiestos por el catalán en pleno franquismo, esa misma época en la que gente como Artur Mas era Arturo (pronúnciese Arturu) y vivía feliz en su apacible vida de burguesía catalana, ajeno a esas cosas de la política. Y qué decir de Fernando Savater?
Pues nada, el Manifiesto es una muestra de nacionalismo español carca.
Si es que no dejáis hacer la construcción nacional como se debe...
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