Les voy a poner un enlace de una catedrática con el nivel intelectual de mi primita. Me dirán: vaya cosa..., para eso no me moleste usted, que de eso ya estamos suficientemente servidos en España. Sí, es verdad, pero es que me ha enervado el articulito: difundirlo me servirá de terapia (espero).
A destacar, si no quieren leérselo entero:
"El Manifiesto es ponderado en sus términos, pero trae consigo implicaciones y sugerencias de un cierto riesgo: (...) ¿Inmersión, lengua vehicular significan necesariamente imposición como prioridad?"
"(...) De ahí que aquello de que "las lenguas no tienen derechos sino los individuos" sea un falso dilema: tienen derechos las lenguas, como los tienen las matemáticas o la música clásica"
"no vivo en una comunidad bilingüe pero voy por ellas con frecuencia; los cinco puntos/peticiones concretos del Manifiesto me parecen más una descripción de lo que hay -con alguna excepción digna de comentario, pero no propia de manifiesto- que una indicación de lo que debe haber; a menos que la anécdota se quiera convertir en asunto constitucional o que queramos excitar a los nacionalistas excluyentes"
(en qué mundo vives, jamba? descripción de lo que hay? y lo de la 'anécdota', qué me dicen? hacer un manifiesto señalando que somos el único país del mundo donde se persigue a una lengua [a sus hablantes, claro] que es la que habla todo el país, la que se ha hablado en todo el territorio desde hace siglos, amén de 2ª lengua más importante del mundo [no me vengan con el chino, por Dios: que me venga alguien a decir que le han pedido chino en una entrevista de trabajo; no sean estúpidos, corderillos...] es una anécdota por la cual unos iluminados quieren hacer una reforma constitucional? Yo a este tipo de gente no la calo, pero sólo caben dos opciones: o rematadamente estúpido [que es lo que parecen] o malvado a más no poder [no creo; si eres tan taimado no pierdes el tiempo escribiendo paridas en El País])
2 comentarios:
Hay catedráticos para todo... luego están los Rodriguez Braun y Huerta de Soto, que esos sí que valen, y mucho, amén de muchísimos otros que seguro que han accedido ahí por sus propios méritos.
Me gusta tu estilo directo,
Saludos
Está claro, Ángel, hay catedráticos muy válidos. Pero me refiero en que había una época en que las cosas podían ser mejores o peores, pero eran las que eran: un catedrático no podía ser un analfabeto funcional. A eso me refiero, a que serlo hoy en día no te garantiza nada; en ocasiones llega a parecer lo contrario: garantía de imbecilidad (con excepciones como las que has citado, y muchas más).
Un saludo
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